Una ciudad con tantas facetas parece no tener identidad.
Se mezclan muchos conceptos, muchas formas de vida, y todas conjugan en armonia dentro de manzanas perfectamente delimitadas. Encontramos de todo ahi adentro. Y todo parece llevarse muy bien.
Se fusionan estilos de vida y nacen nuevos. Se crean espacios para cada uno y buscando la locura uno puede caer a dos cuadras de una paz encandilante.
En una ciudad tan consumista es dificil no ser su rehen. Así cualquiera puede consumir con libertad e independencia el estilo de vida que quiera, sin consultarlo ni con el vecino ni con el trabajo. Uno es libre si quiere desarrollar un estilo propio, o robar uno de los tantos existentes. Un banquero exitoso y frio, un hindu taxista, un punk, una estudiante frivola, un luterano practicante, un rappero sin destino, un artista budista, un poeta, un chino contrabandista, una lesbiana, o un cantante de jazz. Ellos conviven en paz. Y todos ellos se cruzan en un mismo subte un viernes por la tarde.
En esta ciudad nadie se mira a los ojos. Cada uno sigue su camino y vive su mundo. Y cranea sólo sus proximos pasos.
New York es pegajosamente atrapante. Lleva un ritmo que va mas rápido que un reloj convencional. Las horas tienen otras dimensiones y vivir tras ellas puede ser aterrador. Es un peligro contagioso el querer vivir cada uno de sus rincones y absorver por dias tanta energia cargada en el aire.
IloveNY.
Porque tanta diversidad te permite ser.
Sin prejuicios, sin castigos aparentes.
Freely yours.
Enero 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario