martes, 4 de agosto de 2009

Punta del Diablo


Punta del Diablo es uno de esos lugares escondidos en el mundo que tiene alma propia. Uno de esos lugares que la naturaleza tiene reservada solo para unos pocos que logran llegar a sus costas en busca de algo más.

Una ruta angosta desemboca en las primeras rocas que delinean este pueblito donde hasta hace unos años solo vivían pescadores enamorados de su mar. Hoy, casas rusticas, muchas de madera y paja se mezclan con paredes y techos de colores. Construcciones sencillas pero pintorescas y muy acogedoras. La vida en Punta del Diablo no tiene tiempo. El viento y las olas son la única melodia en tanto silencio. De noche, las estrellas pasan a ser protagonistas absolutas, y parecería que todas juntas se reunen en esta parte del mundo para iluminar los barquitos pescadores que quedan durmiendo noche tras noche en las arenas blancas de la playa que lleva su nombre.

El mar en Punta del Diablo es la cuna de surfistas. Su verde profundo y transparente choca enfurecido con las rocas que separan las tres playas mas importantes. De un lado y en honor al cerro donde se posa el pueblito, encontramos la playa del Rivero, enmarcada por el pueblo que en constante crecimiento la abarca cada vez mas. A la derecha, en un entorno aún más natural y tranquilo, la playa de La Viuda conlleva la historia de una mujer viviendo sola a lo lejos casi en el medio del mar.

En el centro, entre las casas originarias del pueblo podemos encontrar todo lo que podríamos buscar en un lugar asi: una feria artesanal, bares, restaurants, casas de arte, puestitos en los que sirven los mejores buñuelos de algas de la zona. Todo es atrapante, todo es parte de una estilo de vida que no quiere contaminarse aún con la civilización. Solo se choca con ella en algunos vertices que permiten a quien visita Punta del Diablo olvidarse de todo.

La experiencia de vivir Punta del Diablo es única. Es casi tan mágica como traicionera. Es dificil, una vez atrapada por sus encantos, poder elegir otro lugar para vivir y para soñar.

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