Un casamiento entre Palacios de Rajasthan

En la cena nos enteramos que cruzando el lago en uno de los parques en las afueras de Udaipur había un casamiento hindú. No es casualidad, Udaipur, perdida en el medio del desierto, es la ciudad más romantica de la India y escenario diario de casamientos de hindus de todos los rincones de su pais.

Enseguida me subí a la moto de Deo (el hijo del dueño de nuestro hotel) y Fede a Dancing Queen, el Rickshaw de nuestros amigos Tiger y Tonny y fuimos hacía ahí.

Los casamientos Hindus durán diez dias de celebraciones. Tienen una carga emotiva muy fuerte porque es en general la primera vez que los novios se ven la cara, y de ese momento en adelante la novia pasa a vivir en la casa de los padres del novio forever.

La de hoy no era la ceremonia principal, pero igual no dejo de ser sorprendente e intensa.

LLegamos a un parque y cruzamos una glorieta llena de luces de colores y flores y desembocamos en una zona toda iluminada con una especie de plataforma a la entrada donde estaban sentados en un trono blanco con terciopelo rojo, los novios. Los dos estaban vestidos casi como me lo esperaba. Ella, esplendida, con un sari multicolor y envuelta en joyas era una obra de arte de henna y belleza. Él, todo de beige, con turbante de colores en la cabeza. Los dos sentados, quietos. Sólo cambiaba su entorno, familiares ansiosos por sacarse una foto alrededor de la pareja afortunada.

Nosotras no nos quisimos perder ese momento, y como unas familiares más, decidimos subir al estrado a saludarlos y sacarnos con ellos una fotito. Que momento el encontrarnos cara a cara con una niña tan joven disfrazada de novia, asustada y con los ojos tristes y perdidos. Ella no quería estar ahí, sin duda ella fue victima de una sociedad muy estricta en cuanto al casamiento entre castas donde el amor no es una condición ni una necesidad. Él en cambio, distendido y sonriente enseguida nos dió la mano y nos saludó. Namaste! le dijimos, congratulations! se llevaba a casa una mujer divina, temerosa de todo lo que esa noche le deparaba y rehén a partir de hoy, de él y de su familia.

5.03.06