Hoy sólo parece que se siente el viento, que, mezclado con el ruido del mar brotan la noche de una mágica paz. Una paz que es fácil de absorber y que me ayuda a reforzar la energía que India dejó en mi alma.
De a última vez que pisé Punta del Diablo a hoy, muchas cosas cambiaron en mi. Algunas que ya pude descifrar, y otras, que todavia me cuesta encontrar y que perdida en este pueblito estoy descubriendo.
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